jueves, 26 de junio de 2008

Orgullosa, sí, mucho. ¿Y qué?

¿Orgullosa? ¿Orgullosa yo?

Tiene narices la cosa. Me lo preguntas sin más, así sin adornarlo para que parezca otra cosa.

¿Soy orgullosa? ¿Estoy orgullosa?
Pues sí mira. Estoy orgullosa y tú te mueres de envidia porque me lo ves en los ojos. Porque me da lo mismo lo que te parezca, porque en el fondo te gustaría tener el valor suficiente para vivir como yo, como todas las que el sábado van a salir a la calle a lucir su vida, a gritar si hace falta: No nos mires, ¡únete!

Puedes vernos por las calles, en los parques, en los bares, de día, a media tarde y por la noche. Antes nos escondíamos pero ya se acabó el tiempo de estar en un rincón disimulando.
Nos besamos delante de ti y se te abre la boca, los ojos parecen querer salirse de las órbitas. Confiésalo, estás alucinando.

Por eso me preguntas si estoy orgullosa. Por eso quieres saber qué pasó con aquel novio alto, guapo y encantador que tuve. Quieres saber como fue la transformación. Tú que siempre imaginaste para mí una boda por la iglesia...

Y no hubo transformación, siempre fui así aunque no quisiste verlo, aunque ya hace tiempo comentábamos lo buenísima que estaba esta o aquella. Antes era una broma para ti, una conversación como el fútbol o el tiempo.

Yo estoy orgullosa de lo que soy, de lo que fui, de lo que vivo, de lo que siento, de lo que quiero.
El sábado ya es 28 de junio, ven, acompáñame y enorgullécete de mí, enorgullécete conmigo.

miércoles, 25 de junio de 2008

Mis razones

Creo que voy a justificarme para estrenar este blog. Yo, que nunca doy explicaciones a nadie voy a hacerlo.

Nunca creí que fuera necesario tener una razón para hacer las cosas, me llaman Lady Impulsos, y esta vez sí que las tengo. Acabo de empezar a escribir un blog porque lo hace todo el mundo y yo no quiero ser menos. Ya está.

Debo tener una personalidad exhibicionista, y Jo se muestra como una Mrs. Hyde de lo más glamourosa. Se asoma porque quiere ser visible. Reivindica su espacio en mi vida más allá de los límites de lo convencional. O lo mismo es que busca ser convencional.

A Jo le gusta salir por ahí y contonearse lo justo sin perder la pluma (que la tiene, que la tiene), le gustan las mujeres... pero creo que no hay razón para eso. Simplemente es así.

Soy una tía con suerte. De verdad.

Es muy chungo eso de tener que esconderse para poder besar a tu acompañante, y cuando digo besar me refiero a un muerdo bien "dao", que para besitos en la mejilla ya tuve muchos años. Y digo acompañante porque no tiene por qué ser ni novia, ni esposa, ni amante.
Es duro que te miren y mal porque vas a contracorriente, porque no eres como la mayoría y eso que la preferencia sexual no se ve a la legua, vamos que no tenemos ni tres brazos ni antenas radar "caza-lesbianas".

No se vive bien dentro del armario, bueno, creo que ni bien ni mal, no se vive.

Y ahora viene el lema del orgullo de este año... Y visibilizarse es la solución, es la leche, es lo que deberíamos hacer. Pero... hay jefes (y jefas) lesbófobos (y lesbófobas), y entonces peligra el curro y comemos de lo que curramos porque la agricultura no está bien pagada y la lechuga regada con agua del grifo nos cuesta un riñón.

Lo dicho, yo tengo suerte. En el curro no hay problema. Puedo acostarme con quien me plazca y no se meten, como yo tampoco me meto en con quien se acuestan ellos.

La familia muchas veces no lo sabe pero se lo imagina, o lo sabe pero se niega a creerlo, o lo sabe y le da igual, o incluso lo sabe y le parece genial. De todas maneras es familia, nos quieren a pesar de todo y si no lo hacen... bueno, no voy a vivir toda la vida en casa de papá y mamá.

Me gustan las mujeres. No es la razón para empezar un blog pero... podría serlo.