viernes, 25 de marzo de 2011

En estado de shock

De verdad que estoy "shockada". Una se piensa que lo ha visto todo de la santa madre iglesia pero no, va ella (la iglesia) y me sorprende una vez más.

Hay momentos en que me asalta un cabreo profundo cuando leo en la prensa la que están liando con el tema de la capilla de la Complutense. La iglesia ha sido machista desde su creación y lo seguirá siendo pero que se lo digan les parece mal y nos van a mandar a todos al infierno.

Me cabreo cuando veo por televisión los millones que se gastaron en la campaña esa de la declaración de la RENTA para que les diéramos una parte de nuestros impuestos. Y pienso... si son tan buenos y hacen tantas buenas obras y ayudan a los necesitados, ¿por qué no gastarse ese dinero en ayudar de verdad? Debe de ser que el marketing también abre las puertas del cielo y como en el fondo la iglesia debería llevar las siglas S.L. después del nombre, lo mismo hasta la campaña desgrava y al final el aparecer en el anuncio o hacerle caso y marcar la casilla en cuestión es rentable a la hora de deducir pecados y funciona a lo bula papal.

Pero hoy, dando una vuelta por el facebook vi una noticia que me puso de mala leche. "Willy Toledo, Leo Bassi y otros titiriteros se reúnen exigiendo el cierra de las capillas de la UCM", eso de que llamen titiriteros a los artistas como si fuera un insulto me hace gracia porque demuestra que como siempre suplen la falta de argumentos con palabras que pretenden vejar a los que no pensamos como ellos. Y entonces leí el banner que tienen en la parte superior y flipé.

"Apadrina un cura"

(Por favor, os pido que entreis en la página y pongais los altavoces porque no tiene desperdicio.)

Que sí, que la iglesia está fatal, que cada vez hay menos fieles que vayan a misa los domingos y fiestas de guardar y el cepillo se resiente. Que con la crisis ya no se encienden tantas velas de esas de bombillitas de a 20 céntimos (Joder, si cuestan más de las de IKEA y esas por lo menos son de verdad). Que la vida está muy cara y los curas comen de tres a cinco veces al día como los otros ciudadanos del primer mundo. ¡Pero esto!

Apadrina un cura para que pueda formarse... No sé en qué porque una biblia en buen estado no cuesta 600€. Y digo yo que cuando llegan ya sabrán leer, escribir y unas cuantas cosas más. Me imagino que la cosa será parecida a:

-¿Qué contestar si preguntan acerca de la existencia e Dios?
-(A coro) Que es una cuestión de fe.
-¿Qué contestar acerca de las riquezas del Vaticano?
-(A coro) Que son patrimonio del estado y no de la iglesia.
-¿Qué contestar si preguntan por los casos de pedofilia?
-(A coro) Que es efebofilia y la culpa es de los homosexuales.
-¿Qué contestar si preguntan acerca del uso del condón?
-(A coro) Que es pecado
-¿Qué contestar si preguntan acerca de la mujer?
-(A coro) Que está hecha de una costilla de Adán y es una compañera para el hombre al que debe someterse.
-¿Qué contestar acerca del matrimonio homosexual?
-(A coro) Que no es matrimonio, va a acabar con la familia y es la plaga de este siglo
Y así hasta el infinito.

Supongo que cuando se aprendan las respuestas de carrerilla y no duden un instante a la hora de responder les darán un diploma y los mandarán a suplir a los curas más viejos o a los curas rojos (que los hay y son el cáncer de la iglesia)

Al final es como lo de adopta un cachorro pero con un pez que habla y se llama Cristianito.

Después de recuperarme de la sorpresa inicial y de secarme las lágrimas que se me saltaron de tanto reirme. Después de repetir mil veces: ¡No doy crédito! Después de todo eso he pensado que eso que me dicen de un cura, un amigo no me lo creo y que prefiero un cachorro.

Pero... por probar que no quede y si encuentran a no sé cuantos cristianos de pro que les paguen la educación a los pobres curitas estos... pues nada, otra campaña de marketing que les funciona. Estos sí que servirían de asesores de campañas publicitarias para empresas petroleras, eléctricas y multinacionales de cualquier sector.

viernes, 18 de marzo de 2011

Volver a donde me llevan los recuerdos.

Es posible, probable, casi seguro, que dentro de unos días me vaya a los madriles a pasar el fin de semana. Hay un concierto que quiero ver y además tendré tiempo para ver a los amigos, a mis sobrinos postizos y para tomarme unas mil cañas (¡cómo las echo de menos!)

Cuando me vine a estas tierras del norte me dije a mi misma que bajaría a Madrid al menos una vez al mes. Al ver que eso no era posible lo alargué a una vez al trimestre y la verdad es que desde que llevo aquí, y va para seis años, he vuelto a la capital una vez al año o dos con mucha suerte.

Echo de menos aquello de vez en cuando. Me da la morriña y pienso en la gente que dejé allí. El domingo sin ir más lejos estaba jugando a los dardos y tomándome unas cervecillas cuando empezó a sonar Extremoduro y se me vino el pasado encima. Se me vino tanto que se me escaparon unas lagrimillas (más de las que me hubiera gustado). Me vinieron los recuerdos de golpe, el levantarme por las mañanas con esa música en el equipo, los paseos por el Rastro (ese que se quieren cargar), las tardes de Lavapiés y Retiro. Me llegó el calor de las noches sin dormir en la que fue mi casa, las tardes de terraza debajo de la ventana con jarras heladas de cerveza y amigos que llegaban y no se iban nunca, o al menos no hasta la mañana siguiente que tocaba currar.

Me acuerdo mucho de compañeros con los que viví militancia, manis, concentraciones, sangrías populares y meriendas en la plaza de la Prospe. No me olvido de la Chirquitita, de ver Buscando a Nemo con un par de cigarritos de la risa, de aquel salón con dos sofás donde todo el mundo era bienvenido, hasta el punto que si te descuidabas llegaba un momento en que apenas conocías a nadie. De la azotea de la que sólo nosotras teníamos llaves, de lavar alfombras en la bañera a las tres de la madrugada.

Así que... estoy contenta. Voy a volver de nuevo, con tiempo para mí y para mis amigos.
Vuelvo a la que fue mi casa y lo pondré todo en orden, barreré los rincones y abriré las ventanas para que se marche el olor a cerrado y los recuerdos no me huelan más a alcanfor.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Ay, omá!!!

Estoy en casa tomándome un gin-tonic y rozando el agotamiento, y es que es carnaval y la militancia son incompatibles. Lo digo de verdad.

Llegué hace un rato de la espicha (léase juerga con comida y bebida) post-mani del 8 de marzo y cumple de la Charanga. Que no es que sea mucho, pero teniendo en cuenta que anduve de bombera (mujer que toca el bombo) en Avilés con los Ventolinos... pues os podeis hacer una idea.

Este está siendo un año muy raro. El día 31 de diciembre no me comí las uvas a su hora por primera vez en mi corta vida y eso que tengo cenado después de comer las uvas. Y es el primer año que no salg por ahí a darlo todo en al Antroxu.

Os conté que no tenía disfraz, y como casi todos los años fui a bus carlo el mismo día del desfile a las cuatro de la tarde. Vamos que no me quedé en casa por no tener que ponerme. Lo que pasa es que estaba muerta, cansada, con dolor de ovarios y hecha polvo en general. Y cuando lo que tienes al lado es alguien que se tumba en el sofá y te hace un hueco en su pecho para que descanses y a eso le sumas una mantuca de esas que dan calorín y una peli basada en hechos reales... pues la siesta que te metes es criminal. Y eso es lo que hice, dormir como una bendita escuchando la respiración/ronquido de mi almohada circunstancial.

Por un lado me arrepiento un poco porque el Antroxu es de esas fiestas que merecen la pena y que hay que vivir año tras año. Si mi Caleyera Mayor era como el malo de las pelis de chinos ( o eso me contaron)... Pero por el otro... el calorín de la manta y el ronquido sordo... ¡Qué quereis que os diga! ¡Eran hipnóticos!

Vamos, que me quedé en casina, vi por primera y última vez el final de perdidos y me fui pa la cama. Hoy lo agradezco porque teníamos la mani del 8 de marzo y el cumple-espicha de la Charanga y si llego a salir... pues me hubiera pillado la mañana con un cacharro en la mano y ahora estaría catatónica en vez de escribiendo esto.

Creo que hasta salimos en la tele en el Antroxu de Avilés, así que si veis a una neña con rizos, traje negro como de boda o funeral con bombín azul de la muerte y un bombo al cuello soy yo.

Un día de estos me hago famosa y no me entero. Ay, Omá!!!