lunes, 28 de julio de 2008

Activismo y sol

Cada día me parece más incompatible el hecho de quedarse en casa pegada al ordenador, leyendo documentos, buscando información con el sol que hace fuera.

Quizás llega el momento de descansar del activismo que gobierna mi vida a lo largo del año. Con la lluvia que caracteriza a mi verde patria me es más fácil encerrarme. Pero los que discriminan, los machistas, los ultraconservadores, los contrarios a la igualdad de derechos, los que priman el capital por encima de las personas... Esos no descansan ni en verano.

Siempre hay cosas por hacer, proyectos nuevos en los que embarcarse. Siempre hay algo pendiente.

Y lo mejor de todo, porque me gusta, es que tengo demasiados flancos abiertos, porque la militancia y el activismo se hace en todas partes. Vivo de una manera determinada, condicionada por lo que pienso y lo que siento y a pesar de estar en la playa tomando el sol no dejo de ser feminista, no dejo de ser mujer, no dejo de creer que otro mundo es posible.

Pienso, demasiadas veces, en lo confundidos que están muchos, en la facilidad que tienen para negar derechos convencidos de que se trata de obligaciones.

Mi opción sexual, mi forma de vida, no es obligatoria. El matrimonio, la familia no tradicional, no heterosexual ni patriarcal no son una obligación para la ciudadanía. Parece que muchos no se enteraron todavía que no tienen que casarse con un hombre porque se haya aprobado una ley. Señores, no tienen que volverse homosexuales de la noche a la mañana. Señoras, no tienen que pasear de la mano de una mujer tirando del coche del niño.

Los derechos son, o deberían ser, de todos y para todos. Las oportunidades las mismas, la libertad única y sin trabas.

¿Por qué debo cuidar de la casa y de la prole? ¿Por qué he de asumir un rol establecido en el pasado por el patriarcado que todavía gobierna a millones de mujeres en el mundo? ¿Por qué tengo que salir a pasear con un hombre y relacionarme en la cocina con su madre, hermanas y abuela? ¿Por qué he de tener un hijo por el hecho de estar embarazada?

Yo no obligo a nadie a ser de izquierdas porque yo lo sea, no fuerzo a nadie a relacionarse con alguien de su mismo sexo, no pretendo que todas las mujeres salgan a trabajar fuera de casa ni que interrumpan sus embarazos.

¿Por qué no me respetan como yo lo hago?

Quería descansar del activismo, de las manifestaciones, de las charlas, de los documentos, de las revindicaciones... Pero no puedo.

Me llevaré mis tareas a la playa. Se puede ser activista bajo el sol.

viernes, 11 de julio de 2008

(in)Visibles bajo el sol

Con esta vena exhibicionista que tengo y cada vez que voy a la playa busco un sitio determinado lejos de mucha gente.
Bien es cierto que en la playa de San Lorenzo, con cuarenta toallas por metro cuadrado es complicado. Para tres días de sol que tenemos.

Ayer fui a la playa por primera vez este verano, caminé y caminé para alejarme de padres y madres, niños con pelotas y palas, adolescentes jugando a las cartas y forofos del deporte que no paran de darle al volley ni con treinta grados y una solanera de justicia.

Encontramos (que a la playa siempre se fue mejor acompañada) un sitio donde colocar las toallas. Un sitio genial con un cierto perímetro de soledad que nos permitió hablar de lo que nos dió la gana sin que los compañeros de bronceado se enteraran.

Y allí estábamos, dos mujeres al sol y a nuestro alrededor más mujeres en grupos. Vuelta y vuelta para que el moreno quede uniforme y con las menos marcas posibles. ¡Bendito nudismo!

Como soy una cotilla irrecuperable, miraba los comportamientos de la gente que estaba allí tirada y todo era tan normal... Me explico, yo te echo crema, me la pones tú a mí. Charlamos, te comento lo bien que te queda el bañador o que te están mirando los del paseo. Nos reimos, te quito unos granos de arena que se te pegaron en el pecho...
Hay contacto más allá del apretón de manos, del abrazo, del beso en la mejilla, de lo que establecen las reglas de cortesía.

Tumbadas y medio desnudas todas éramos iguales, todas lesbianas o heteros o bisexuales. Ningún comentario, ningún índice señalando lo diferente. Nada.

Nunca me sentí más visible siendo tan invisible.

lunes, 7 de julio de 2008

Cabreo Visible

Estoy enfadada, cabreada como una mona cabreada.

Pasó el 5 de julio, pasó el día del Orgullo, pasó el día de la Visibilidad.
Y pasó sin pena ni gloria, o mejor, con más pena que gloria.

3000 lesbianas en cabecera. ¡Cómo si hubiésemos sido 300!

Que veo en el periódico... fotos de tíos con plumas, fotos de tíos sin plumas, fotos de tíos en gayumbos, fotos de osos, fotos de chulazos... Como todos los años!!!!

¿Dónde se quedó la visibilidad de las lesbianas? Pues en el mismo sitio de la visibilidad de las mujeres. Excepto porque la ministra de igualdad estaba en la pancarta, flanqueada por dos hombres. Vale que eran Zerolo y Toni Poveda, pero hombres. Ella sí que sale en las fotos, así que voy a pensar que es lesbiana, que le gustan las mujeres y que no salió del armario porque el Estado no está preparado para una ministra mujer, joven y bollo.

A las tantas de la noche estaba yo enchufada al canal 24horas de TVE para ver que decían de la mani. Yo que no pude ir este año. Deseando ver las caras de las que sí estuvieron con bombos turutas y las voces entrenadas de ir de manifa en manifa. Y cual sería mi sorpresa que lo que sacan es... a dos gays que se asilaron (uno con éxito y el otro en trámites) porque en sus países estaban amenazados por ser homosexuales. Que es una putada, que se merecen unos minutos para revindicar lo que les pasa, pero es que no apareció ni una sola mujer. Vamos que ni entre los inmigrantes a la fuerza había una mujer con el mismo problema. ¡Qué suerte tenemos!

Pero vamos a ver, ¿no era el día de las lesbianas? ¿No íbamos a visibilizarlos asgaya? Pues no señoras, no era para el canal 24 horas, ni para el País, el Mundo, Público, El Comercio...

Se cita el lema de la manifestación y eso es todo, como si una frase, una pancarta sea la solución que nos visibilice a todas.

Me pregunto, cansada de preguntarme, ¿merece la pena? ¿Merecen la pena los madrugones, los kilómetros, los gritos, las canciones? ¿Merece la pena los problemas que nos buscamos cuando salimos por la calle con pegatinas de "Si soy lesbiana, ¿qué?"?

Siempre están ellos, que acaparan los medios porque dirigen los medios, porque en el fondo vende mucho más un morenazo de 1,90 en tanga y con plumas en la cabeza, que una mujer en vaqueros desgañitándose consigna tras consigna para que se normalice de una buena vez lo que siente.

Nos buscamos la vida para aparecer en nuestros medios de comunicación locales, organizamos charlas, cursos, seminarios. Perseguimos entrevistas, reportajes en los que exponemos nuestras caras al respetable. Queremos ser visibles, Ni + ni -.

Pero el Orgullo de Madrid no es nuestra plataforma.

Pienso si el año que viene no tendremos que disfrazarnos de cualquier cosa sólo para ser visibles más allá de nuestro entorno donde lo somos todos los días (y nuestro trabajo y nuestras lágrimas nos costó).

Voy a encargarme un traje de lagarterana en vinilo y con los colores del Sporting y de la bandera de Asturias. Voy a hacer el recorrido en pelotas con madreñas y montera picona. Voy a llevar un carro tirado por ocho maromos vestidos a lo video de Madonna (seguro que les sacan sólo a ellos).

El año que viene sí se nos va a ver. Habrá que pensar en la forma. Pero se nos verá.

martes, 1 de julio de 2008

Resaca

Aquí estoy, con la resaca del 28J y la victoria de la "roja" en la Eurocopa.

Mi pobre hígado se resiente. Será que ya no soy una niña, que la edad no perdona y los excesos se pagan.

Asco de edad.

El 28J salimos a la calle para que se nos viera, abucheamos al PP, que se dignó a enviar a alguien al acto. Bueno... no sé si decir que se dignó o que osó (con un gran acento en la o). Porque no se puede estar en misa y repicando y no se puede decir que apoyan a los gays y que dan ejemplo cuando por otro lado intentan despojarnos de los derechos recientemente adquiridos. No se puede decir que "tenemos amigos homosexuales" como si fuéramos monitos de feria y estuviera muy de moda eso de tener un amigo gay o una amiga lesbiana.

Se cuelgan medallas mientras nos diferencian. Yo no voy diciendo por ahí: "Soy guay, tengo muchos amigos heteros"

Pero voy a dejar el tema porque se me resiente el hígado y no es del alcohol ingerido sino que me da cien patadas en el mismo el perder tiempo y saliva hablando de estos personajillos tan enrollados.

Decía que salimos a la calle y salimos pocos y pocas. O pocas y pocos. Ahora que... como decía el periódico con tambores y todo. ¿Qué haríamos sin nuestras activistas de la charanga?
Así que allí estuvimos, en el paseo de Begoña, bailando el chiki-bollo y cantando "La Maricona".

Después de eso... a beber a beber y a olvidar que cada año somos menos y a celebrar que las que somos también estamos, o que las que son están o que las que están son (esto último no lo veo yo tan claro, que por allí los había que estaban pero ni son ni eran ni creo que sean) Nuestros queridísimos amigos heteros. ¡Qué majos ellos! ¡Y ellas!

Y el domingo el fútbol. Pero como eso ya lo habéis visto en todos los canales de televisión, en todas las emisoras de radio y en toda la prensa, sea deportiva o no... pues no me voy a repetir yo también.

Preparaos que el sábado 5 ya está aquí y nos vamos a Madrid.