martes, 28 de julio de 2009

Dispersa.

Martes, 28 de julio, son las 11:25 de la mañana y acabo de volver de desayunar.

Tengo que preguntarle a mi jefe si vamos a cerrar la Semana Grande porque con los conciertos y demás voy a llegar muy cansada a currar por las mañanas. Y además en algún momento tengo que coger vacaciones.

Hay pocas veces a lo largo del día en las que mi cabeza esté descansando, normalmente siempre anda pensando en lo que hago o en lo que tengo que hacer. Colgar los cuadros que siguen apoyados en el suelo del pasillo, hacer hueco para el ordenador que me van a ceder gustosamente para poder cargar las aventuras gráficas que mi pobre portatil no asimila, mirar una mesa de centro para la nueva casa de la costillita, buscar unas estanterías para mis libros que ya no tienen sitio ni para yacer tumbaos...

Tengo curro, tengo cosas que hacer, pero tengo cuerpo de jota. Hace sol y eso trastoca todo mi mundo, me rehuyen las responsabilidades o mejor yo salgo corriendo porque no tengo ganas de estar aquí, en la pecera. Yo lo que quiero es ir de vacaciones, es largarme una temporada a las islas, a Cádiz, a cualquier sitio montada en una caravana.

Esperaré a septiembre y a ver que pasa. A ver si las cosas van cuesta arriba en lugar de en picado y vuelvo a las ocho horas de curro, al salario medio decente, a no tener que mirar la cuenta corriente cada tres días porque el fin e mes me llega el día 10.

Estoy dispersa. Voy a ver si me centro en algo y se me pasa el tiempo volando.

miércoles, 22 de julio de 2009

Llueve, tras los cristales llueve y llueve.

Está lloviendo. Que raro, ¿verdad?. Lloviendo en Asturias en el mes de julio. Y probablemente siga así unos cuantos días. A la porra el morenillo albañil que me había currado a base de quemaduras.

Estoy hasta arriba de papeles y me aburro, no lo puedo evitar, la contabilidad me aburre sobremanera y ahora mismo es lo que me toca. Así que os voy a contar otra de mis aventuras en mi casa de Madrid, aquella de las fiestas y los mojitos.

Mi compañera de piso se iba de cooperante a Nicaragua, así que para despedirla con honores hicimos una fiesta (que raro). Debíamos de ser como 20 personas en casa, algunos asomados a la terraza cuando ven al vecino de arriba en la ventana del cuarto de baño. Nos ponemos a hablar con él y nos dice que la puerta del baño está estropeada, que se ha quedado dentro y que sus compañeras de piso se han ido. Además tiene el móvil en el salón, así que no puede llamarlas y no se sabe el número de memoria, para qué teniendo agenda en el móvil.

Así que raudos y veloces subimos mi hermano y yo DNI en mano a abrir la puerta. Después de un par de intentos frustrados (que no es tan fácil como parece) logramos abrir y rescatar al vecino de su prisión de azulejos y sanitarios. Para celebrarlo le invitamos a la fiesta y le regalamos unos condones.

Puede que no entendais lo de los condones, pero es que mi compi se llevaba lo menos 2000 condones a Nicaragua para las prostitutas con las que iba a trabajar allí. y que más daba 2000 que 1998.

Pues ya está. Si algún día os quedais en la calle... probad lo del DNI antes de llamar al cerrajero, que es mucho más barato.

lunes, 20 de julio de 2009

Por fin se acabó la Semana Negra

Como deciros que no puedo ni con las pestañas. Estoy muerta, de lunes, agotada y con restos de una resaca que no acaba de pasarse. Pero por fin acabó la Semana Negra. Este fin de semana me lo voy a pasar en casita, tranquilita, leyendo y durmiendo.

Necesito recuperar mi hígado y depurar el organismo de tanto alcohol ingerido. Es que el calor es lo que tiene, que hacer sudar y sudar y beber y beber. Y a las dos de la mañana no apetece agua sino una cervecita fría o un cacharrín con mucho hielo.

Pero voy a hacer la mini crónica del fin de semana. El viernes salimos. No es novedad. Ale, todas pa la Caleya a darle a la sidra y a echar unos bailes. Resumen, llegué a casa a las 6 de la mañana y al día siguiente tenía que levantarme a una hora prudencial para asistir al Cuscús. Y fuí, fuí. Y allí se presentaron tras algunos problemas de ubicación Farala y Kaliope. Que tipas más estupendas. Supongo que se quedaron un poco flipadas porque conocieron a una de las mujeres más incombustibles que conozco. Les estuvo midiendo el aura con las varillas, eso y buscando objetos y personas sin mirar. Y es que, que vayas a comer cuscús y acabes en mitad de una carpa mientras alguien se acerca a ti empuñando unas varillas no es lo más normal que suele ocurrir. Después de la comida nos fuimos cada una a nuestros quehaceres y ya no las vimos más. Pero como sé que van a estar por estos lares unos días, lo mismo coincidimos y nos contamos un poco más de nuestras vidas.

Tras mi curso de percusión (ya, ya sé que me dedico a extraños menesteres) me reuní con Tita Cerveza y con Cris que había decidido cruzar la frontera de Cantabria de nuevo para venir a tomarse algo con nosotras. Que voy a contaros!! Nos reimos, bailamos, nos bebimos toda la cerveza del mundo e hicimos fotos a cual más extraña. Ya sabeis que no las suelo poner aquí, pero... esta vez tengo hasta excusa. La cámara sufrió un accidente al volar por los aires y acabar estrellada en el suelo. Espero que todo tenga solución. De hecho ya abre y cierra pero tiene unos puntitos muy raros que no sé si son de la pantalla o de la lente (que sean de la pantalla, que sean de la pantalla). Llegamos tarde a casa, muy tarde, pero esta vez no hay video del ALSA porque no salimos de Gijón y además tuvimos choferesa. ;)

Creo que nada más. El domingo a las 10 de la mañana abrí un ojo y fui incapaz de levantarme de la cama. Me pesaban hasta las uñas de los pies, así que deserté de la clase de tambores y me quedé durmiendo. Mejor eso que perder el conocimiento en mitad de la Chacarera. A ver si hoy recupero el tiempo perdido.

Voy a seguir currando, a ver si el resto de las asistentes se dignan a poner su propias crónicas.

Que cansada estoy, virgen de la pata arrastro.

viernes, 17 de julio de 2009

Los menús de los libros.

Me aburro mucho. Hoy es fiesta en la construcción y aquí estoy yo, en la oficina maldita viendo como sale el sol y se pone a orbayar tres minutos después. Este tiempo va a acabar conmigo.

El caso es que anoche, a eso de las tres de la mañana (cuando llegué a casa, vamos) me puse a leer, que es lo que hago siempre antes de dormir, a pesar de la hora y a pesar del estado de embriaguez que me acompañe. Y supongo que por culpa de la sidra y de la panzada de sardinas que me metí para cenar empecé a pensar en lo bien que se come en los libros.

¿Os habeis dado cuenta de que los personajes de las novelas, sobre todo policiacas, cocinan todos de maravilla? Soy fan de la doctora Scarpetta, una forense estupenda que cocina como los ángeles, porque cada vez que llega a casa y se mete en la cocina no es para freir un huevo o calentar un plato de comida congelada, no, se curra unos menús que pa qué. Lo mismo que su sobrina, que por cierto es la primera bollo que yo encontré en un libro de estos.

Ahora estoy con El Fuego, la continuación del Ocho y la prota es aprendiz de chef en un restaurante vasco que hay en EEUU, la pasión por la cocina se la inculcó su tío Ladislaus Nim, un tipo que te hace una sopa de caerte muerta con eso que tienes en casa y que nunca te comes más los restos de un limón seco de los que siempre hay en la nevera.

Vamos, que quitando a Lisbeth Salander (enamorada estoy de esa mujer en los libros) que se alimenta casi exclusivamente de Billy's Pan Pizza, el resto de los personajes de novela se curran unas cenas de escándalo. Hasta Mikael Blomkvist cuando se mete en la cocina para hacer algo que no sea un sandwich prepara cordero en salsa.

Por todos esos platos de lujo con los que se deleitan los presonajes de los libros... Yo quiero vivir en uno de ellos y ponerme morada, eso sí, sin engordar un gramo, que es lo que tiene ser una criatura de papel, que no te sobra un kilo y si te sobra te lo quitas y ya está.

jueves, 16 de julio de 2009

Bendita miopía.

Yo no veo tres en un burro, es mi desgracia particular desde que era una niña. No veo de lejos, pero nada, ¡qué se le va a hacer!. Lo disimulo estupendamente con las lentillas que llevo hace muchos años y de las que me estoy planteando prescindir a partir de ahora cada vez que vaya a la playa.

El nudismo es sin duda uno de los mayores placeres que existen, el tirarte al sol tranquilamente, sin que te moleste la ropa, bañarte desnuda en el mar, en la piscina o en un río. Genial, pero también tiene sus inconvenientes.

No es que me quemara al sol ayer por la tarde, no. Pero creo que quedaré algo traumatizada de la experiencia.

Llegué a la playa más feliz que una perdiz, extendí la toalla, me quité la ropa (toda) y me unté bien de crema. Lié un cigarrito y me tiré al sol. Había poca gente, siempre hay poca gente en Peñarrubia, tenía media playa para mi solita y estaba feliz, escuchaba el mar y a un tipo hablar por teléfon en un lenguaje desconocido.

Como a la media hora de estar yaciendo bajo el sol me llamó Tita Cerveza (no a la tala) y me dijo que venía a hacerme un poco de compañía. El caso es que cuando ya estábamos tiradas las dos al sol me doy la vuelta para conseguir un moreno homogeneo (escaso pero homogeneo) y me encuentro de frente con unos huevos colgando. Tal cual. Matizo que los citados huevos son testículos no esas cosas redondas que ponen las aves.

Hay que joderse, cientos de metros de playa y el capullo aquel se pone a dos metros de nosotras y en una postura la mar de complicada a la vez que cómica y que voy a intentar reproducir. Estaba tumbado boca abajo, pero al mismo tiempo tenía le culo levantado hacia arriba, como saludando al sol, con las piernas abiertas y aquellas cosas colgando, pero colgando mucho (que yo creo que de pie le llegaban a medio muslo)

Estuvimos dudando en meterle un palo o tirarle piedrecitas a ver si hacíamos guá. Nos reimos mucho, tendré pesadillas durante semanas, pero nos reimos muchísimo.
Pa la próxima voy a la playa sin lentillas y así no me llevo estas impresiones.

Y para quitarnos el mal sabor de boca nos fuimos a la Caleya en su sede playera a tomar unas botellas de sidra y a comernos unas sardinas que estaban de muerte.

Como me acaba de entrar el hambre recordando las sardinas me voy a desayunar al bar.

miércoles, 15 de julio de 2009

Me voy a la playa

De hoy no pasa. Siempre que llega el verano me quejo del tiempo que hace en Asturias, de los pocos días de sol y del moreno descafeinado que se me queda al final del verano.
La verdad es que tengo la piel bastante clara por lo que mis fases de moreno suelen pasar primero por un rojo guiri para acabar en un color que no es ni moreno ni rojo sino todo lo contrario. Ays, como envidio a las morenas.

Como ya dije en algún que otro post, tengo las marcas de las camisetas de tirantes que tanto se estilan en verano así que para hacerlas desaparecer no me queda otra que tomar el sol. La cosa es que me gusta hacer nudismo, no es por la exhibición de mis carnes tolendas sino porque no me gustan las marcas y además el bañarse en pelotas es uno de los mayores placeres que hay en la vida.

Pues para ir a la playa nudista más cercana hay que coger el autobús y me da una pereza... Más que nada porque luego hay que darse un paseo hasta la playa, bajar un millón y medio de escaleras y colocar la toalla estratégicamente. Lo de estirar la toalla no es agotador, pero el camino hasta allí... es harina de otro costal.

De todas maneras, hoy voy a ir, voy a tirarme al sol - matizo: a tumbarme bajo el sol - que hay mucha malpensada. Por lo menos un ratín. Cargaré con la bolsa de la playa, el libro, el agua fría y la crema solar y me echaré la siesta, que es lo que estoy haciendo por las tardes pero en la cama.

Si me quemo os lo cuento mañana y si no... pues ya veré que tontería se me ocurre para actualizar.

lunes, 13 de julio de 2009

Prueba superaaaaadaaaaa!!!

Sigo viva, aunque parezca increible debido al fin de semana de juerga y perdición sigo aquí. Supongo que alguna que otra neurona ha fallecido en la dura travesía del viernes a hoy, pero siento que mis capacidades se mantienen casi intactas. Vale que anoche dormí fatal porque con una noche de juerga se me cambian los biorritmos y lo que me apetece es levantarme por la tarde y acostarme por la mañana, pero estoy en el curro, y aunque con sueño, lo que es habitual en mí, me enfrento a un día nublado con fuerzas renovadas.

Y todo esto es porque el viernes empezó la Semana Negra y el sábado la Caleya organizó una fiestecilla multicolor (por la bandera). Así que pa allá que fuimos las de siempre y alguna que otra más. Mi costilla, tiaisi a quien a partir de ahora llamaré Tita Cerveza (no a la tala) y la Invencible, nos acompañaron Bo Deguerek y la Lazarilla, miembras varias de la Charanga y otras que pasaban por allí porque tampoco se pierden una. Deciros que la carpa debía ser la que tenía más mujeres por metro cuadrado.

Nos tomamos una caja de sidra o alguna que otra botella más, lo que no está mal teniendo en cuenta que gran parte de las asistentes no soltaban la cerveza ni aunque se les calentara en la mano. Inflamos globos para dar un toque festivo al lugar e hicimos florecillas que a medida que avanzaba la noche se iban convirtiendo en gusanos de colores, gorros y gurruños varios.

Bailamos, cantamos, sudamos, nos reimos y por una vez y sin que sirva de precedente voy a poner una foto de la fiesta, la del pollito maquinero. No se ve, pero movía la cabeza que ni Salomé en Eurovisión.


Y el viernes más fiesta y el sábado la comida del Cuscús.

Me encantan los veranos en Gijón.

jueves, 9 de julio de 2009

Fin de la Rodriguez way of life

Se me acabó el chollo, hoy vuelve mi inquilina particular de su periplo por la meseta y se me acabó el tenerlo todo tirado al alto la lleva, se me acabaron las comidas de chigre porque no me apetecía concinar, se terminaron las llamadas al restaurante chino y ver la televisión en bragas tirada en el sofá. En bragas puedo estar, que es mi casa, pero ya no tendré todo el sofá para mí.

Buuuaaaaaaa!!!!

Con lo bien que se vive solaaaa. (Y en pareja seguro que también, que te quiero costillita)

El caso es que hoy me apetecía ir a la playa a quitarme las marcas de las camisetas de tirantes, que parezco una albañila de las que curran con la camiseta de abanderado y les echan piropos (obscenos) a las y los que pasan por debajo.
Eso, que me apetecía ir a la playa pero no va a poder ser porque tengo la casa que parece una cuadra y no quiero que me deshereden ni tener que aguantar una charla interminable que seguro que durará meses. Y es que cuando le da por un tema no para hasta que le da por otro.

Así que saldré corriendo, iré a comprar para que hay algo en la nevera que no sea restos de chino y me pondré los guantes y a quitar roña, pasar el aspirador, limpiar el polvo de dos meses... Que tardecita me espera. Y a las ocho a la espatción a cargar con la maleta, que está un poco mayor para ir cargando con ella.

A ver si con mis artes de persuasión consigo convencerla para que se vaya otros dos meses, o seis, que no hay nada mejor que la Rodriguez way of life.

martes, 7 de julio de 2009

Hasta el #"%&**@€oño!!!!!

Pero que cansino que es mi curro. Mucho, y agobiante y me pagan poco y... la caña, vamos.

Por alguna razón que no me acabo de explicar, en esta santa empresa tienen la idea de que soy una especie de máquina que hace de todo, vamos que lo mismo hago un informe, que reviso la calidad, que busco lo que necesitan por internet que negocio los pagos con los proveedores.

Vale, soy estupenda, curro mogollón aunque parezca que estoy todo el día dándole al blog y además soy hasta sonriente y simpática. Pero he llegado a mi límite. Porque ahora parece que la culpa de que el curro que se hace fuera de la oficina no salga perfecto también es mía. ¡¡¡Y me niegoooo!!

Vamos, sólo faltaba. Que si los papeles, que si la obra, que si los obreros. Sólo me falta ponerme el casco y coger la pala.

Este viernes empieza la Semana Negra en Gijón. Así que me voy a ir de fiesta, que la Caleya monta un sarao multicolor para que no nos aburramos.

Y que le den al curro. Y al que lo inventó.

Que bien se queda una después de despotricar un rato.

lunes, 6 de julio de 2009

Mi Orgullo 2mil9

Todavía estoy aterrizando del fin de semana del orgullo en Madrid. Llegamos anoche más muertas que vivas y no me acostumbro al cielo gris y a estar 20 grados por denajo de la temperatura de la capital. Aunque se agradece el dormir de un tirón sin pasar los calores de la muerte.

Cada una habrá vivido un orgullo distinto, es lo bueno que tiene la fiesta y yo voy a contaros el mio que fue menos espectacular de lo que esperaba debido a problemas que vienen mucho al caso y que os contaré cronológicamente.

Salimos de Asturias el viernes a las nueve y media de la noche. El avión cogió el atajo aereo y en lugar de tardar una hora como es costumbre hicimos el viaje en 40 minutos. No quiero pensar que es eso del atajo porque no hago más que pensar en un agujero espacio-tiempo de esos. Llegamos a la T4 (la odio con todas mis fuerzas) y tardamos más en recorrerla, esperar a las maletas y salir que en hacer todo el viaje un par de veces. De ahí al bus y pa casina que era tarde. Es que soy una guay y tengo casa en Madrid ;)

Llegamos a eso de las doce y nos fuimos a tomar unas cervecillas para celebrar que habíamos llegado y de paso para saludar a la family, que una no se da cuenta de lo que les echa de menos hasta que no están cerca.

A las cuatro de la mañana y después de una partida de dardos y no sé cuantas al Trivial nos fuimos a dormir. Al día siguiente había quedado para ver a parte de mi gente madrileña, así que a la una del mediodía ya le estábamos dando a las cañitas, a los boquerones en vinagre y a las gambas. Estemos donde estemos nos cuidamos todo lo que podemos.

Gracias a una conjunción astral pude conocer, por fin, a la conciencia de la Tita. Muy maja la conciencia, de verdad que sí. Y después de tres horas de cañas salimos corriendo a la Cibeles a recoger a la delegación asturiana que llegaba a las cinco. Nos pusimos el traje de guerra y a coger sitio, a colocarnos en posición y a cargar las pilas. Llevábamos botellas de agua helada para poder soportar los calores y menos mal, porque aunque no se descongelaron del todo, por lo menos teníamos algunas gotas de agua que llevarnos a la garganta. Al estar helada hoy estoy medio afónica, pero no me importa. A los que llaman hoy a la oficina lo mismo sí que les molesta un poco, pero me perdonan porque saben que el fin de semana fue duro. De hecho hay quien me preguntó como es que no me había cogido el día libre. En fin, a lo que iba.

Esperamos bajo el sol de justicia, con los pies ardiendo porque el asfalto estaba a la temperatura perfecta para hacer gambas al a plancha y después de media hora... Empezamos a avanzar!!!

Y allá que fuimos tambor en ristre bajando hacia la Cibeles. Cantamos, tocamos, mucho. Parábamos para descansar y escurrir las botellas y no morir deshidratadas y la peña nos decía que tocásemos más. Como se nota que ellos estaban de miranda y no cargando con el tambor y con las manos desolladas. Porque sí, acabé con heridas de consideración en mis queridas manos. Heridas que me hicieron ir pa casa a las dos de la madrugada porque no podía ni coger el vaso. Y no estoy siendo exagerada, tengo "testigas"

Nos fuimos a cenar a Lavapiés, dieciocho o veinte mujeres comiendo tandoori y arroz basmati y no sé cuantas cosas más. No me di cuenta del hambre que tenía hasta que me senté a la mesa. Y es que tantas horas de cañas refrescan pero no alimentan.

El domingo volvimos al ataque de las cañas, pero antes mi madre, que es un sol, nos trajo churros y porras para que desayunásemos como señoras en casita. ¿A que es maja?

Despertamos a Cris que no sabía ni donde estaba y la pedimos que nos hiciera una crónica de su orgullo. No lo voy a contar aquí porque pa eso ella se da mucha maña. Y conocimos a Sweet!!! Fue un ratito, lo que dura una coca cola, pero al menos a mí me encantó. Va aumentado el número de blogueras que conozco. Luego a comer una hamburguesa de esas que pesan kilo y medio y corriendo al Alsa a que Cris cogiera el bus. Al Alssssaaaaaa al Alsssaaaaaaaaaa.

Y nada más, minisiesta en el sofá y de nuevo a la T4.

Vale que no salí hasta las mil ni nada de eso pero me siguen doliendo las manos que pa qué. Soy una pupas.

Y ahora a esperar el resto de las crónicas del orgullo.

miércoles, 1 de julio de 2009

Madrizzz me va a matar

Llega el Orgullo 2mil9 y otro año más bajaremos desde las tierras del norte a la caló insoportable de la meseta a dar voces y tocar el tambor.

Bajamos muchas y muchos. Toda la militancia de XEGA que no quiere perderse un año más las calles de Madrid llenas de gente, el calor, el color, las banderas, las canciones, la fiesta.

Pero este año es un poco distinto de otros, este año bajamos a Madrid cargadas de tambores para hacer ruido. Yo voy a dejar el mio que es chiquitín y manejable para cargar con un monstruo que pesa media tonelada y que me va a dejar las espinillas a vivir, lo presiento.
Antes de que me digais que soy gilipollas por ir cargando con semejante trasto a 40 grados a la sombra os diré que sí, que teneis razón pero que me apetece a pesar de los moratones de las piernas. Que un día es un día, coño!!!

Así que si nos veis pasar por la calle... esperamos que nos saludeis aunque sea con la manita. Como la reina. ¿¿¿Irá a la mani la reina??? Pagaría por verla al lado de Zerolo saludando a diestro y siniestro con la frente sudorosa y el pelo aplastado. Que no hay laca que resista esos calores.

Vamos con la gente de XEGA, con banderas de Asturias y armando follón. Así que si veis a unas cuantas mozas, con una camiseta morada y pantalones naranjas... buscad que por ahí andaremos la tita y yo y otras cuantas más cuyos nombres no voy a poner aquí por eso de la protección de datos.

Y luego de juerga y a cenar a Lavapies. Quien se apunte que lo diga. No tenemos pérdida.

Nos vemos en los madriles.