Por primera vez (y espero que última) voy a repetir post en dos blogs. Pero es lo que quiero decir y que lo sepa todo el mundo.
No tiene mucho que ver con las pijadas que suelo escribir, pero me da lo mismo. Es mi blog y me lo monto como quiero.
Ahí va:
Se me escapa una sonrisa. ¿Y qué le voy a hacer?
No tiene mucho que ver con las pijadas que suelo escribir, pero me da lo mismo. Es mi blog y me lo monto como quiero.
Ahí va:
Se me escapa una sonrisa. ¿Y qué le voy a hacer?
Si es que hace un tiempo pensaba y ahora me dejo llevar...
Vivo entre lecciones que, por mucho que me aplique, no pasan de la 2. Me esfuerzo y es tan exigente que no me deja pasar de curso.
Es la primera vez que quiero ir a clase para aprender porque lo que saque de estas lecciones lo llevaré siempre conmigo.
Sé que nada es fácil, lo vivo cada día, lo llevo marcado a fuego porque mi pasado nunca fue un camino de rosas y hoy todo se me olvida, como si acabara de llegar al mundo, como si estuviera por estrenar todo mi yo. Nada de tristezas, nada de preocupaciones más allá de las terrenales como la hipoteca y el Círculo de Lectores. Que no son tristezas sino obligaciones.
Supongo que me lo monté muy mal, pero no quiero pensarlo. Lo intenté, es sólo que no había llegado el momento. Sólo que nunca di más de mí que lo que mostré, que yo no lloro delante de nadie, que no me pasa nada nunca y si me pasa aprieto y tiro. Que soy como soy, ¡coño! Quien me quiera que me compre.
Estoy tirando abajo mi castillo de naipes, ahora toca construir uno nuevo con una base mayor y más firme. Y ahí me encuentro, sentada a los mandos de una bola de demolición mientras cavo los cimientos de un edificio más seguro, que no se caiga con los terremotos. No garantizo nada porque los seismos me persiguen allá donde voy, porque demoler y construir a la vez requiere una destreza que no tengo. Además estoy en un momento muy complicado de mi vida. Muahahahahaha!!!!!!
Hoy la vida se me va de las manos y no me importa, por una vez no quiero controlarla porque no quiero llegar a ningún sitio. Sólo quiero vivir lo que vivo, compartir lo que tengo y ser feliz. Quiero seguir riéndome con una frase, seguir buscando sentido a un desconcierto, quiero perderme en la noche sabiendo que me iluminan unos faros a medio gas. Quiero que madrugar signifique que me llegó la madrugada en la oscuridad a la que obligan unas persianas bajadas o las luces de un garito al que nunca le dio el sol.
Lo mejor es que creo que voy progresando en las clases, que mañana tengo otra y que me quedan mucho para los finales, a pesar de las vacaciones del profesorado.
Gracias por estar ahí y hacerme reír hasta las lágrimas.
Ojalá siempre fuera primavera, aunque sea sin túnica ni flores.
Buscaré clases particulares cuando llegue el verano.