jueves, 18 de marzo de 2010

Los sueños, esos traidores

Pues eso, que andaba yo programándome el sueño que quería tener la noche pasada. Algo que hago muy a menudo cuando tengo unos minutos de tranquilidad antes de ponerme a roncar como una descosida. Y el caso es que todo empezó muy bien, ahí estaba yo en el aeropuerto esperando a que despegara mi vuelo a la playa más paradisiaca que se pueda imaginar cuando se me empezó a escapar de las manos y... Degeneró del todo.

Y hasta aquí puedo leer. Más que nada porque no es apto para menores y no quiero que me persigan los de blogger por pervertir a las internautas.

Conste que me levanté con una sonrisa de oreja a oreja y sin agujetas, que es un punto a favor de los sueños, porque si hubiera heco una parte de lo que recuerdo... hoy no podría moverme.

Pero, qué quereis, volví de la playa tan blanca como me había ido y eso sí, sin un solo grano de arena en el culo.

2 comentarios:

cris dijo...

Tienes que decirme cómo haces eso de soñar lo que quieres, porque yo no lo consigo ni de coña!!

Dior, estoy viendo el anuncio del Jess-Extender ahora mismo! Me voy a la cama, y espero no soñar con el aparatejo ese... bueno, mejor cambio de canal. Joder, no ponen nada!!
Sólo me queda una opción: poner la peli esta que tengo de las niñas chillonas ajajajajajajjajaj

Hormiga dijo...

Ay, y lo a gusto que te levantas, qué.