lunes, 7 de julio de 2008

Cabreo Visible

Estoy enfadada, cabreada como una mona cabreada.

Pasó el 5 de julio, pasó el día del Orgullo, pasó el día de la Visibilidad.
Y pasó sin pena ni gloria, o mejor, con más pena que gloria.

3000 lesbianas en cabecera. ¡Cómo si hubiésemos sido 300!

Que veo en el periódico... fotos de tíos con plumas, fotos de tíos sin plumas, fotos de tíos en gayumbos, fotos de osos, fotos de chulazos... Como todos los años!!!!

¿Dónde se quedó la visibilidad de las lesbianas? Pues en el mismo sitio de la visibilidad de las mujeres. Excepto porque la ministra de igualdad estaba en la pancarta, flanqueada por dos hombres. Vale que eran Zerolo y Toni Poveda, pero hombres. Ella sí que sale en las fotos, así que voy a pensar que es lesbiana, que le gustan las mujeres y que no salió del armario porque el Estado no está preparado para una ministra mujer, joven y bollo.

A las tantas de la noche estaba yo enchufada al canal 24horas de TVE para ver que decían de la mani. Yo que no pude ir este año. Deseando ver las caras de las que sí estuvieron con bombos turutas y las voces entrenadas de ir de manifa en manifa. Y cual sería mi sorpresa que lo que sacan es... a dos gays que se asilaron (uno con éxito y el otro en trámites) porque en sus países estaban amenazados por ser homosexuales. Que es una putada, que se merecen unos minutos para revindicar lo que les pasa, pero es que no apareció ni una sola mujer. Vamos que ni entre los inmigrantes a la fuerza había una mujer con el mismo problema. ¡Qué suerte tenemos!

Pero vamos a ver, ¿no era el día de las lesbianas? ¿No íbamos a visibilizarlos asgaya? Pues no señoras, no era para el canal 24 horas, ni para el País, el Mundo, Público, El Comercio...

Se cita el lema de la manifestación y eso es todo, como si una frase, una pancarta sea la solución que nos visibilice a todas.

Me pregunto, cansada de preguntarme, ¿merece la pena? ¿Merecen la pena los madrugones, los kilómetros, los gritos, las canciones? ¿Merece la pena los problemas que nos buscamos cuando salimos por la calle con pegatinas de "Si soy lesbiana, ¿qué?"?

Siempre están ellos, que acaparan los medios porque dirigen los medios, porque en el fondo vende mucho más un morenazo de 1,90 en tanga y con plumas en la cabeza, que una mujer en vaqueros desgañitándose consigna tras consigna para que se normalice de una buena vez lo que siente.

Nos buscamos la vida para aparecer en nuestros medios de comunicación locales, organizamos charlas, cursos, seminarios. Perseguimos entrevistas, reportajes en los que exponemos nuestras caras al respetable. Queremos ser visibles, Ni + ni -.

Pero el Orgullo de Madrid no es nuestra plataforma.

Pienso si el año que viene no tendremos que disfrazarnos de cualquier cosa sólo para ser visibles más allá de nuestro entorno donde lo somos todos los días (y nuestro trabajo y nuestras lágrimas nos costó).

Voy a encargarme un traje de lagarterana en vinilo y con los colores del Sporting y de la bandera de Asturias. Voy a hacer el recorrido en pelotas con madreñas y montera picona. Voy a llevar un carro tirado por ocho maromos vestidos a lo video de Madonna (seguro que les sacan sólo a ellos).

El año que viene sí se nos va a ver. Habrá que pensar en la forma. Pero se nos verá.

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