viernes, 27 de febrero de 2009

Mens sana....

in corpore chungo.

¡Cómo me duelen las piernas!. Las sigo teniendo ahí abajo, justo hasta donde empieza el suelo, pero os juro que si pudiera me las desenroscaría y las metería en hielo o algo así.

Ya os dije que me había apuntado al gimnasio para ponerme a tono o para recuperar el tono perdido. Y la verdad es que me va bien. Estaba buscando algo original que hacer, vamos, algo que no hubiera hecho antes y recordé mi frustración en mis años mozos, muy mozos, cuando quise hacer taek wondo y mi santa madre se negó. "Con lo bruta que eres y los golpes que le das a tu hermano, como sepas pegarle lo matas"

A lo que iba, que como ahora ya no le sacudo a mi hermano decidí apuntarme a full contact, o kick boxing, como prefirais llamarlo. Y me duele todo el cuerpo.
Tranquilas, no hay que formar un comando para dar una paliza a mis compañeros, de hecho ni siquiera me puse todavía frente a uno de ellos. Estoy sola con el espejo. Esto ya os lo conté a algunas porque no sé estarme callada, pero es un show.

Para que entendais mi gusto por las superficies reflectantes os diré que en mi más tierna infancia, cuando en mi familia estaban convencidas de que acabaría siendo actriz de dramas, me sentaba delante del espejo del baño y me dedicaba a poner muecas y a llorar sin razón. Desde entonces es ponerme delante de un espejo y no poder evitar el hacer gestos o quedarme mirando.

El caso es que llego a mi primera clase, el profe me saluda, muy amable él, y me pregunta que si estoy de hacer ejercicio, yo le digo que hace 20 años, él se ríe, me temo que no se lo cree y me dice que se nota que estoy en forma. En fin, lo mismo es que lleva gafas y para darse puñetazos con los alumnos se las quita... porque yo tengo pinta de darle a la sidra, a los chuletones de buey y al "sofing", pero de hacer deporte...
La segunda pregunta es: "¿Qué tal se te da el fútbol?" Pues no se me da oiga, no se me dio nunca. Yo siempre fui la portera del equipo de futbito del colegio, pero lo de dar patadas al balón... como que no, se me enreda entre los pies y se me escapa para los lados. Un poema. Y eso con un balón de fútbol, con la minipelota con la que se supone que se juega en el calentamiento ni os cuento.
El caso es que así es como se calienta, echando un partidillo. Y se calienta, se calienta. Entre el sofocón y la vergüenza que me daba la primera clase y mi afán por hacer bien las cosas, a los diez minutos estaba sudando como un pollo, eso sí el balón lo toqué dos veces una para pisarlo y casi partirme la crisma y otra para hacer una parada que nos permitió ganar el encuentro.

Pasado el trance y dado que los profesores de cualquier disciplina y más donde pueden romperte la boca de una patada, saben lo que se hacen, me pongo en un rincón, delante del enorme espejo de pared a pared y me dedico a imitar los puñetazos que el chaval me decía. "Venga, practica". Y allí me veis a mi, lanzándome puñetazos contra mi propia cara y sintiéndome de lo más ridícula porque tengo pinta de todo menos de luchadora profesional. Entonces es cuando mi vena artística sale a relucir y empiezo a mirarme de lado, frunciendo el ceño y poniendo cara de "Me lo dices a mi??" De chunga, vamos. Y ahí empezaron a mejorar mis golpes. Porque para pegar a alguien hay que poner cara chunga o por lo menos tú oponente tiene que tener esa cara.

Tras los puñetazos vinieron las patadas, y esto se me da mejor, que conste. Y luego el saco. Un saco enorme colgando del techo sólo para mi. Que felicidad, que desahogo más grande. Patada va, puñetazo viene, otra patada, ahora circular, frontal, derecha, izquierda. ¡Cómo me gusta esto de arrearle a un saco!
Y cuando estaba yo en lo mejor de las patadas, cuando me había abstraido hasta el punto que no me importaba quien estuviera a mi lado oigo "¡FISICO!". Mierda!!, y eso que es?? Pues eso queridas mías, es una sucesión atroz de series de planchas y abdominales que acaban con el resuello del más pintado. Porque que yo acabara sin resuello es normal, pero que acabaran los demás, que están más entrenados que yo, es por algo.

Y así será día tras día. La verdad es que me siento sola y me aburro un poco porque no tengo con quien pegarme ni con quien comentar las jugadas. Así que desde aquí os animo a que os apunteis conmigo, prometo no aprovecharme de las dos clases que llevo para machacaros. De verdad.

Ayer fue la segunda clase y ya conseguí destrozarme la planta del pie con el tatami. Una que tiene los pies sensibles. Si llego a mayo entrenando voy a ser mejor que la baby del millon dolar.

Pues ya está. Que tenía yo la tarde un poco aburrida...

1 comentario:

isa dijo...
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