lunes, 8 de junio de 2009

Tanto reflexionar para nada.

No me pidais fotos de mi viaje a Bilbo porque no hubo viaje. La gripe de una y la familia de otra nos dejó en tierra este fin de semana. No importa. La verdad es que me apetecía mucho mucho ir, pero habrá más días y más fines de semana y pronto pisaré tierras vascas para hartarme de zuritos y de pintxos, para jugar al quinito o al señor del tres, para emborracharme un poco nada más con kalimotxo o con lo que se tercie. Será por alcohol!!!

Así que dado que me quedaba en casa me puse a reflexionar acerca de las elecciones. Tenía claro el voto. Soy militante activa y tengo las ideas claras, así que no iba a cambiar de opción por mucho que me intentaran convencer. Y lo gracioso del asunto es que no lo intentaron.

Si habeis seguido un poco la campaña, todo fue que si avión por un lado, que si trajes por el otro, que si uno es más malo que la quina, que si el otro es peor. Y hablo de estos dos partidos porque son los únicos a los que sacan en la tele. Deprimente. Y como estoy en contra de que uno se haga un fondo de armario por la patilla y que el otro no tenga que preocuparse de los retrasos de Iberia y del caos de la T4. Pues no voté a ninguno de los dos.

Y reflexioné y reflexioné para que el final ganaran los malos, la derecha, los que nos restan derechos y dan más poder a quienes ya lo tienen, los que dan la razón al cafre de Cañizares, los que no se sonrojan por nada, los que están en contra de que se entierra como es debido a los que yacen en las cunetas de medio estado.

Mal lo llevamos, mal de verdad.

Este mal cuerpo que se me queda después de la elecciones me va a durar un tiempo. Poco. Porque me niego a que los malos me roben el verano y las risas. Me niego a que los que se quedaron en casa y no fueron a votar me amarguen la semana. Me niego a que los que creen que no votar a los dos grandes es tirar el voto me hagan sentir que tiré el mio. Algún día les explicaré lo que es tirar el voto. Algún día les diré lo importante que son los principios. Yo voto por principios, por ideas, no voto para ganar como tampoco soy del Madrid porque tiene muchas copas de Europa.

Tengo la sensación de que reflexionamos menos de los que debíamos.

Pero sabeis lo mejor... que si el finde hace sol me iré a la playa. Y ya no me acordaré de estas elecciones.

9 comentarios:

cris dijo...

Queremos sol, queremos sol... Hoy aquí hace un viento que te tira, pero por lo menos luce el sol y hace calorcito.

Lo de las elecciones... que contar que no se haya dicho ya.

Anónimo dijo...

Yo también he votado a un partido pequeño y para nada he sentido que tiraba mi voto, me gusta eso de votar a una idea (o en su defecto a lo que más te tira) de política (y más de de nuestro país) mejor no hablar porque nunca se llegará a ninguna parte... Ojalá haga sol el finde y te puedas ir a la playa.

tiaisi dijo...

Y yo que madrugué para votar....
Pero no te procupes que el sol se viene pa aquí este finde,pa poder despelotanos!!
Hala! ya tas contestá
besin

Anónimo dijo...

Bibi, vive y deja vivir!!!
Viva la mujer que no te interrumpió voluntariamente tu vida durante su embarazo!!!
Viva la madre que te concibió!!!
Subhumano
En 1930, Alfred Rosenberg en Der Mythus des 20. Jahrhunderts utilizar el término Untermensh (subhumano) para referirse a aquellos que, supuestamente, se hallaban por debajo de lo humano. El término hizo fortuna y en 1933, una publicación de la SS titulada precisamente El subhumano cargó contra los judíos indicando que pertenecían a esa categoría. En 1942, la Oficina principal de la raza del III Reich distribuyó un panfleto titulado Der Untermensch (El subhumano).

El texto tuvo una tirada de 3.860.995 ejemplares en alemán y además se tradujo a otras catorce lenguas europeas más. En la obra se señalaba que “el subhumano, que biológicamente aparenta ser una creación de la naturaleza similar con manos, pies y una especie de cerebro, con ojos y una boca, es, sin embargo, una criatura completamente diferente”. A esas alturas, el método nacional-socialista resultaba obvio. Para emprender con éxito la gigantesca tarea de exterminar a millones de seres humanos, antes había que desproveerlos de su condición de tales. Apelando a la ciencia – una ciencia risible, dicho sea de paso, judíos, enfermos mentales, personas con dolencias irreversibles fueron clasificados como algo vivo, pero no humano. Una vez colocados en ese grupo, la tarea del exterminio masivo podía llevarse a cabo con total tranquilidad. Y, efectivamente, así fue. Comento todo esto no por el gusto de desplegar ante el lector algunos datos poco conocidos de la Historia del nacional-socialismo alemán, sino para indicar que estaba prácticamente convencido de que el concepto de subhumano había quedado confinado a las páginas más siniestras de la Historia hasta que esta semana tuve ocasión de escuchar a la ministra Aído afirmando que un feto era un ser vivo, pero no un ser humano como había dejado de manifiesto la ciencia. Si en vez de escuchar semejante dislate con acento andaluz lo hubiera oído en alemán, les doy mi palabra de honor de que hubiera puesto mi mano en el fuego porque acababa de pronunciarlas un convencido miembro del partido nacional-socialista obrero alemán (NSDAP). Si la ignorancia es una eximente – y resulta más que dudoso – quizá la ministra sea inocente, pero esa circunstancia no se puede aplicar a Ángel Gabilondo, el ministro de educación. Cualquier persona decente habría respondido que las palabras de la ministra son, como mínimo, una majadería. Pero, interrogado sobre ellas, el señor Gabilondo prefirió escudarse en la frivolidad para no descalificar a su más que objetable compañera de gabinete. Para ser sinceros, no sé cuál de las conductas me parece peor, si la de una ignorante que priva a seres inocentes de su carácter humano para legitimar que se los extermine en masa sin el menor escrúpulo de conciencia o la del profesor universitario que, encaramado a una poltrona ministerial, se inhibe con una gracieta de denunciar semejante barbaridad. En el III Reich, hubo idealistas, no pocas veces semianalfabetos, dispuestos a ejecutar cualquier orden que procediera de su Führer como una señal de progreso, pero tampoco faltaron sujetos con más instrucción, ascendidos a cátedras o ministerios, que se limitaron a mirar hacia otro lado al ver cómo se expulsaba a los judíos de sus trabajos y se preparaba a la población para el baño de sangre. Se puede discutir quién tuvo más culpa del genocidio, pero sus bases quedaron asentadas cuando alguien afirmó que algunos seres humanos eran subhumanos.

Hormiga dijo...

nada, en cuanto asome el sol a la playa, y bilbo y sus pintxos siempre estarán ahí!

LA DESGRACIÁ dijo...

Ojalá no nos acordemos...

besitos

Jo dijo...

@cris: No pierdo la esperanza de que ese vientecillo mantenga el sol brillando. Tengo un color amarillo que da asquito.

@Mirona: gracias por el comentario y gracias por estar ahí. Es bueno saber que no soy la única que vota ideas.

@tiaisi: Peñarrubia, allá vamos. Y no te costaba ná comentar. Desde luego, como eres.

@Anónimo: Que decirte. Ni soy Bibi, ni creo que estés enterado de lo que va este blog. No entiendo que tiene que ver el rollo que me soltaste acerca de lo que es el subhumano nazi.
Te has metido en un blog donde se defiende el derecho al aborto, con o sin ministras, subhumanos y demás zarandajas.
Por que las mujeres tenemos derecho a decidir lo que hacemos con nuestro cuerpo.

@Hormiga: ahora hace sol y tengo que estar currando. Y si lo dejo todo y me voy a la playa?

@Desgra: Ojalá no tengamos que acordarnos. Tienes toda la razón.

Tallina dijo...

No ye por desanimar, pero para el finde danlo nublau, así que mejor dedicate el finde a la sidrina que la playa no tara pa muchos estragos.
De les elecciones, no coment, en boca cerrá no entren mosques.
Besines.

Jo dijo...

@Tallina:

Que no, que dan sol y temperaturas de 24º. Hay que informarse bien.

Playa, playa y playa