martes, 23 de junio de 2009

Voy a seguir con la juerga.

Hoy me estaba acordando, después del estupendo domingo de chuletas, sidra y blogueras, de otras fiestas en los madriles, cuando todavía no me había mudado a esta tierra que me tiene enamorá.

Viví durante dos años con una amiga con la que me lo he pasado estupendamente bien. Y al llegar San Xuan (o San Juan para los de Madrid) nos subíamos a la azotea de casa a hacer una queimada y a inventarnos conjuros la mar de estúpidos que, misteriosamente, funcionaban en algunas ocasiones.

Entre la queimada, los mojitos (que no podían faltar en ninguna celebración) y algún que otro cigarrito de la risa, hemos vivido momentos dignos de mención.

Un verano, vino una amiga mía de toda la vida de aquí. Así que para celebrarlo decidimos montar una fiestecilla íntima a la que, como siempre, se fue añadiendo gente hasta tener a 16 seres de los cuales conocía a cinco en el salón de casa bebiendo mojitos y echando humo de la risa de ese por las orejas. En un momento de la noche mi amiga la asturiana se metió en el baño, todos supusimos que para vaciar su vegija o lo que sea que tuviera que vaciar. Pero no salía, piqué a la puerta, di voces hasta que me contestó que estaba bien y que salía en un minuto.
Y salió con una sonrisa en la cara. Y pensamos: Mira que bien se quedó la muchacha después de su visita al Sr. Roca.
Al día siguiente y con el hambre que da lo de fumar abrí la nevera para coger un poco de queso y fuet que teníamos siempre para esos casos en que el hambre aprieta y no se tienen ganas de cocinar. Pero, ¡oh, sorpresa! habían desaparecido.
A voces desde la cocina me acordé de los familiares de los asistentes a la minifiesta de la noche anterior. Nos habían saqueado la nevera. Que gran error. La choriza había sido mi amiga la asturiana que en pleno ataque de hambre se había metido en el baño a comerse nuestras provisiones. Por eso no contestaba la jodía cuando yo aporreaba la puerta del baño, por eso su cara de felicidad... La verdad es que nos reimos un montón y como es una tía muy maja (por eso es mi amiga) nos invitó a unas cañas con tapas incluídas en la terraza del bar de debajo de casa.

Otro día os cuento como forcé la cerradura del vecino de arriba para rescatarle.

Y esta noche hay hogueras. Así que a las doce estaré en la playa viendo como se encienden y mirando al cielo con cara de boba mientras estallan los fuegos artificiales. Y a tomar unos culines, que el fuego seca la boca que no veas.

5 comentarios:

cris dijo...

Máemía, si yo el domingo le doy al cigarro de la risa me quedo inconsciente en la silla jajajajajja. Mira, no hubiera sido mala idea porque con la "estática" que tenía no me hubiese caido... jajjajajajaj

Estoy intentando imaginar la historia esa del vecino y me parto :DDDDDDDD

Por cierto, ¿es que tu no paras quieta?? Echaros unos culines por mi. Besucos.

Hormiga dijo...

qué envidiaaaa!!! y punto!

Anónimo dijo...

La queimada que buen invento gallego, las meigas y la "noite de san xoan" noche mágica en mi tierra, qué morriña!!! se hará lo que se pueda...

Nosu dijo...

a pasarlo bien se ha dicho pues!!!!!
Cuidao con el fuegooo. De cualquier clase

La Queli dijo...

Aquí tambien es tipico lo de las hogueras y demás, pero una ya está entrada en años y como que bajar de noche a la playa, con el nordeste que hizo anoche, como que no apetecía ( sin embargo mis hijas, aparecieron a las 9 de la mañana, eso sí, con los calimochos se mantuvieron calientes, jaajajaja), pero el contrario y yo vimos doble tanda de fuegos artificiales, que es lo que tiene vivir frente a otra villa marinera con la ría por el medio, y fué precioso.
Besucos. ^-^